terça-feira, 11 de dezembro de 2012

Não é Loucura, Senhor; é Pobreza

"Le contaron al gobernante de un país que todas las mañanas un hombre, al parecer loco, llegaba arrastrando sus andrajos hasta el borde de un basural en las afueras de la ciudad, instalaba ahí un fogón de piedras y se ponía a preparar sus alimentos en una olla; que en realidad la olla siempre estaba vacía y que después el hombre fingía verter parte de los imaginarios alimentos en un plato y simulaba comer. El gobernante, transpirando de sospechas, decidió ver al hombre.

A la mañana siguiente, luego de observar oculto y a cierta distancia lo que hacía el hombre hasta el instante en que se llevaba la primera cucharada a la boca, el gobernante salió de su escondrijo y se acercó, seguido por el silencio de su numerosa comitiva.

-Soy el que gobierna este país- le dijo al hombre.

Sentado al pie del humilde fogón, el hombre levantó la mirada y observó al gobernante, pero no dijo nada. En seguida cogió la olla y otro plato, simuló verter en éste un poco del supuesto contenido de la olla y añadió una cuchara.

-Sírvase, señor- le ofreció el plato al gobernante.

Convencido de que el hombre estaba loco, el gobernante hizo una mueca de enojo y resueltamente comentó:

-Esto es una locura- y se alejó de prisa.

Y no pudo oír que el hombre decía, con voz fatigada y triste:

-No es locura, señor; es pobreza."


Antonio Gálvez Ronceros , "Mirage"
Histórias de trazer os homens, Extramuros Editorial, Lima, 1988.




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